La marca personal, ese misterio jamás contado
Hace no mucho un amigo me dijo que Nacho Vegas “es un triste”, pero nada más lejos de la realidad. Me declaro fan incombustible de este creador de poemas modernos y decadentes.
El caso, nuestro poeta tiene una canción que me sorprende por la magnitud de sus palabras cotidianas. Ideología, se llama. Podéis buscarla y escucharla, de hecho no sé por qué no está en nuestra playlist oficial Queridiña. En esta canción, el estribillo versa tal que así:
“Hay una pregunta crucial, quién es el ideólogo de la marca DIOS”.
Y justo esa frase lo transmite todo. Porque hoy vamos a hablar de MARCA PERSONAL.
Y es que (casi) todo en esta vida es marca, todo es branding. Nosotras mismas somos marcas. Sí, lo somos. Todas. El marketing está más cerca de nuestro día a día de lo que nos imaginamos.
Cuando estudiaba en el colegio mi profesor de matemáticas siempre me decía que en el mundo todo es matemática: los alimentos que comemos, el material con el que está hecha la silla en la que estas sentada… todo. Bueno, pues casi todo también es marketing a día de hoy, y lo vamos a demostrar a través del concepto de Marca Personal, ¿qué es esto?
¿Qué es la marca personal?
La marca personal o personal branding es un concepto muy antiguo. De hecho, los Antiguos Romanos y los generales de los grandes ejércitos, querían ser recordados más allá de su muerte por su nombre, la gloria. Eso es marca personal.
Pero por asentar las bases de forma más concreta. Personal branding es la manera que tenemos de diferenciarnos como profesionales en un mundo, por cierto, cada vez más competitivo. Es convertir nuestro nombre propio en marca con el objetivo de conseguir éxito (sea en el ámbito que sea).
El desarrollo de marca personal ayuda a los profesionales a ocupar un lugar preferente en la mente de las personas (el también denominado top of mind, un día hablaremos de esto), para lo cual, debemos identificar y comunicar aquellos aspectos que nos hace únicos como profesionales.
¿Qué hay que hacer para desarrollar tu marca personal?
Elegir el nombre para tu marca personal
Elegir el nombre de cualquier empresa, negocio o proyecto es siempre un trabajo que debe ser minucioso y cuidado. De hecho hay agencias que se dedican exclusivamente al naming.
Hay diferentes puntos que debes tener en cuenta:
- Que sea más bien breve
- Que sea fácil de recordar
- Que no signifique nada en otra lengua de tu ámbito de influencia
- Que el nombre esté disponible para tus perfiles de redes sociales. Puedes buscar disponibilidad de los diferentes nombres con la herramienta namechk.com
Haz un análisis inicial sobre ti misma
Este briefing inicial en el que se exponen las bases de ‘quién eres’ y ‘a donde quieres llegar’ es mucho más sencillo hacerlo sobre un proyecto que sobre una misma, pero para destacar debes conocer tus puntos fuertes. Y lo que es más importante, tus puntos débiles. Algunas preguntas que debes hacerte:
- Qué te diferencia
- Qué es lo que mejor saber hacer
- Quién hace lo mismo que tú
- Cómo vas a comunicarte a tu comunidad (por ejemplo, si usarás el humor, si usarás tecnicismos, si quieres ser cercana, si quieres incorporar algún ‘palabro’ propio…)
- Cuáles son tus valores…
Transmite quien eres a través de los medios sociales
Un punto fundamental de tu estrategia para crear tu marca personal es saber a través de qué canales que quieres comunicar con tu comunidad. Hay infinidad: página web, blog, Instagram, Facebook, LinkedIn, Youtube, Twich, Clubhouse…
No es necesario utilizarlos todos, pero tampoco te restrinjas a un solo canal. Escoge los que más se adapten a tu tipo de contenido o encuentra aquel en el que tus seguidoras son más activas. Es importante que diversifiques tu contenido y que lo adaptes a la plataforma en cuestión.
Más a tener en cuenta
¿Conoces el termino de reputación online? Es un conjunto de elementos que representan el prestigio de una marca en la red. Es de vital importancia cuidarla ya que habla de la visión que nuestra comunidad tiene de nosotras. Si para una marca es importante, para una marca personal es crucial.
Y es que el valor de una marca no radica en quien la crea, ni en quien la trabaja, ni siquiera en quien la financia, sino en aquellos que interactúan con ella: los que la compran, los que hablan de ella y en los que influye. Es importante cuidarlos, porque esos prescriptores te pueden lanzar al cielo o bajarte al infierno en cuestión de minutos. Y, definitivamente, queremos escapar de lo segundo.
